1 tableta de chocolate fondant,
1/2 taza de almendra tostada y finamente picada.
1/2 taza de avellana tostada y finamente picada.
1 taza de azúcar.
100 gr. de mantequilla,
4 yemas de huevo.
Una docena de bizcochos de soletilla,
café azucarado.
Toma la mantequilla blanda, no derretida, y agrega el azúcar poco a poco, ayudándote de batidora de varillas hasta que la crema blanquee y doble su tamaño. Añadirás las cuatro yemas a la mezcla anterior y seguirás batiendo hasta conseguir que comulguen con la mantequilla. Ayúdate de la tecnología si deseas ahorrarte el baño maría, introduciendo el chocolate troceado en un bol junto a una nuez de mantequilla en el microondas. Lluvia de frecuencia corta durante un escaso minuto, será suficiente para transformar la solidez del cacao en untuosa pasta oscuraque,eso sí, deberá ser batida enérgicamente hasta conseguir una fusión homogénea. Ying-Yang, noche y día, oscuridad sobre albura, entremezcla ambas masas para obtener la sedosa crema que deseas. Añade las almendras y avellanas a la crema anterior, removiendo con mimo y...consejo de sabio, prueba del néctar prohibido. Reserva ahora, tiempo habrá para deleitar el paladar con tu "ópera prima". La docena de bizcochos serán empapados en café azucarado, lo justo para permitir su manipulación sobre un molde que previamente habrás engrasado. Coloca la primera tanda de éstos sobre el molde, extendiendo a continuación una generosa capa de crema de chocolate sobre la cama de bizcochos impregnados. Repetirás monótonamente la secuencia hasta dar buena cuenta de la totalidad de la crema. Deberás recordar sin embargo, que si con bizcochos empezaste, con chocolate deberás concluir. Utiliza los últimos restos de avellana que habrás reservado para la decoración. Un sólo día resguardado al frío de tu nevera, será más que suficiente para degustar en todo su esplendor a tu príncipe Alberto.
saludos jessica